sábado, 5 de enero de 2013
MI LUGAR EN EL MUNDO
Cuando lo que era un simple proyecto empieza a germinar, te invade una íntima alegría.
Queríamos hacer algo y estamos en camino, respiramos satisfechos.
Sentir y observar que nuestras acciones ejercen un efecto discreto pero real a nuestro alrededor y sobre nosotros mismos, nos da fuerza para seguir y creer más aún en que la decisión tomada fue la apropiada.
Modestamente creo que nunca me he dejado influenciar por el miedo , por la pereza o por la distracción, cuando mi intuición se revelaba como repique de tambor día tras día.
Sin temor al fracaso, sin depender del éxito y sin perseguir la perfección, confiando en la energía que otorga tener claro un objetivo.
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