Eres conciencia pura.
LIBERTAD.
La meditación te libera de los condicionamientos que no te dejan verlo. Solo tienes que observar sin JUZGAR y tu verdadera naturaleza se expresará.
Ves como tu EGO construido se descontruye naturalmente.
Incluido el SUFRIMIENTO.
El sufrimiento siempre es psicológico, producto de una interpretación de la mente.
La observación -sin juicio- te va liberando del estado mental.
Al contemplar tan intensamente, acabas convirtiendote en lo contemplado y ahí experimentas la libertad más intensa.
Durante la meditación estas entremezclada, por momentos te identificas con los pensamientos que van y vienen, vertiginosamente cambiantes, algunos fugaces, otros realmente caprichosos.
Teniendo la mente en estado meditativo, no te identificas con ellos, solo los observas, como de una pelicula se tratara, ajena a ti.
La meditación replantea el problema de nuestra infelicidad.
Entiendes que todo tal cual es es PERFECTO en el preciso momento, dejas de crear ese desajuste entre lo que es y lo que, conceptualmente, crees que debería ser.