Hasta hace relativamente poco la meditación en niños era algo inexplorado, se creía que era un proceso difícil o demasiado intelectual, pero esta comprobado que nada de eso es cierto.
Para que sea eficaz, para nada tiene que ser complicado, sino un intrumento simple pero muy poderosos.
Si partimos de la base que los niños intuitivamente viven en continuo presente, con unas herramientas muy simples protejemos que eso no se pierda, y es más, se desarrolle y se consolide para cuando sean mayores.
Como bien sabemos meditar en cierta forma es "dominar" nuestras emociones, y los niños como los adultos sufren, entonces debemos intentar caer en el doble peligro, tanto si los ignoramos como si los sobremedicamos o psicologizamos en exceso.
Hay un efoque suave y natural como lo es meditar.
Sirve de ayuda en niños que esten demasiado estresados, demasiado dispersos, demasiado angustiados, demasiado miedosos, demasiado estimulados (sobre todo con los excesos tóxicos para la mente como lo son las consolas, ordenadores, maquinitas, programas de televisión) sin discernimiento y sin moderación; para que vuelvan a encontrar su centro y tranquilizarse.
Pero aún ésto va más allá, les ayuda a adquirir más humanidad, ser más amables, respetuosos y solidarios con los compañeros, amigos, animales y plantas, saber apreciar este frágil y hermoso mundo que habitamos para una armoniosa convivencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario